EL MONSTRUO DEL DOCTOR FRANKENSTEIN
En 1818 la escritora inglesa Mary Shelley publica “Frankenstein”. Más allá de la ficción, en la novela se
exploran temas tales como la moral científica, la posibilidad de crear un ser humano y la destrucción de la
vida.
El monstruo creado por el doctor
Frankenstein y al que nunca puso nombre, es un ser formado de trozos de cadáveres,
al que el científico consigue dar vida.
Aunque inicialmente no es capaz de distinguir entre estímulos, como si
fuera un recién nacido, aprende rápidamente en función de las experiencias que
tiene. Es un ser vivo y es capaz de aprender y de mostrar una serie de
sentimientos y emociones propias de los hombres: miedo, ternura, timidez,
tristeza, amor, rabia, odio, etc., y además sabe lo que es bueno y lo que es malo. Sin embargo es rechazado y
apartado por las personas que encuentra a su paso y, por esto, quiere vengarse
de la sociedad, lo que lo lleva a matar.
Detrás de la historia de ficción subyacen,
entre otras, algunas cuestiones filosóficas:
ü ¿Podríamos decir que la creación del doctor
Frankenstein es un ser humano?
ü ¿Puede ser ética la clonación de seres
humanos?
ü ¿Qué papel desempeña la sociedad como
formadora de la psicología de las personas?
En mi opinión el ser humano podría definirse
como una máquina vetada de libertad, que actúa acorde a las leyes naturales, y cuyo
raciocinio es producto del conjunto de estímulos que ha recibido a lo largo de
su vida.
Nuestro cuerpo funciona de forma similar a la
de una máquina. Es posible vivir con
órganos trasplantados de otras personas, o con prótesis que sustituyen a órganos
de nuestro cuerpo, pero diseñadas tecnológicamente, e incluso se pueden clonar seres vivos a
partir de células. Por tanto actualmente, no le podríamos negar la condición de
ser humano, en el aspecto material.
Nuestros
actos no los realizamos por voluntad propia, sino que, todo lo que
hacemos, o nuestra manera de pensar, está condicionado por la vida que
llevamos. Así, dos personas genéticamente idénticas tendrán diferentes formas
de pensar ante un mismo estímulo, condicionadas por el contexto en el que
vivan. Los contextos nunca serán iguales. De esta manera se puede simbolizar al
hombre o ser humano como un trozo de arcilla en bruto que está siendo moldeado
continuamente y que toma su forma final cuando éste muere. En este sentido
podría considerarse ética la clonación, porque a pesar de ser idénticos, nunca
tendrían exactamente la misma forma de pensar.
Al
final lo único que busca el hombre es vivir. En mi opinión cada sociedad va
conformando a los individuos según sus intereses y según las leyes que las
rigen. Nosotros, solo nos fijamos en la manera en la que vivimos y eso es lo único
que nos importa y no nos damos cuenta de que en realidad somos esclavos. Los
individuos que por un motivo o por otro
son diferentes, son rechazados casi sistemáticamente en todas las
sociedades. Por tanto, la sociedad modela la psicología del individuo. En la
novela, la sociedad de la época manifiesta su rechazo por su gran diferencia.
Podríamos preguntarnos cómo habría terminado la historia si la criatura no hubiese sido rechazada por
su creador y la sociedad ¿Habría sido tan “inhumano”?
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Tomado
de http://www.viradoensepia.com
Muy bien, Carlos: original e interesante la analogía entre los humanos y Frankenstein.
ResponderEliminarSaludos.