“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.
Recojo esta cita de Don Ramón de Campoamor
para explicar mi visión de cómo se puede percibir de forma diferente una misma
realidad.
La imagen que cada uno percibe no es una mera
copia de la realidad, sino que es el resultado de un proceso “constructivo”,
mediante el que se interpretan los datos que aportan los sentidos. Así se puede
decir que todo es relativo ya que depende de con qué lo compares.
Esta construcción está condicionada por diferentes factores como por ejemplo la
atención, la memoria, la imaginación, los aspectos culturales, psicológicos,
emocionales y sociales de cada persona. Por eso la mayoría de las personas
tienen una percepción diferente de las cosas, ya que a pesar de recibir los
mismos datos, las interpretaciones que tienen los cerebros son muy diversas
debido a que los factores que condicionan estas interpretaciones son en gran
parte diferentes. Un ejemplo podría ser el tópico de la botella medio llena o
medio vacía.
Algunas enfermedades alteran la percepción
hasta tal punto que no se puede distinguir una ilusión o una alucinación de
algo real. Esto suele ocurrir en casos extremos como la esquizofrenia o la
anorexia nerviosa, en las que los pacientes ven y oyen cosas que un individuo
sano no percibe.
Los pacientes esquizofrénicos con frecuencia
sufren alucinaciones y son incapaces de decidir si son reales o no.
Las personas con anorexia nerviosa se
perciben como obesos, cuando en realidad su peso es inferior a lo normal. Esta
distorsión de la percepción provoca en el enfermo la necesidad de adelgazar a
pesar de no padecer sobrepeso.
Pero también existen engaños de la percepción
que afectan a todas las personas, por ejemplo los efectos ópticos. Todas estas
ilusiones son percibidas por todas las personas por igual. En mi opinión, esto
se debe a que los efectos ópticos son construcciones con líneas, de manera que,
cuando las percibimos, no las comparamos con las experiencias acumuladas ni con
la cultura, ni la sociedad, ni la condición social, sino que las comparamos con
las mismas líneas, por lo que la percepción del conjunto no se ve alterada por
las vivencias de cada individuo. Es decir cuando vemos una imagen de este tipo,
percibimos un conjunto de líneas dispuestas a diferentes distancias y
únicamente comparamos unas con otras, así todo el mundo que vea esas líneas va
a percibir el mismo efecto óptico.
Existe
una técnica de pintura denominada trampantojo que intenta engañar a la vista
jugando con el entorno arquitectónico (la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos) consiguiendo una "realidad intensificada" o
"sustitución de la realidad". En épocas anteriores se usaba para
decorar palacios. Actualmente lo encontramos muchas veces en las calles. Os
dejo unas imágenes como ejemplo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq2t1ALML3r9LAUOu31SedyMz8GmkxwCEdljODzPt9AYisxRSQqB8WrlmGnk_1ct9xef8IeW0GTyGRwgYXb-U6Dmqie6op1T7GGhxQ3x7zx_GdeKvFxS9NmIfCwuuv-45adDwZM6t-myPn/s320/legos.jpg)
Muy bien Carlos, magnífica entrada. Sintetizas información diversa con sentido y criterio.
ResponderEliminarSaludos
Estraordinaria síntesis de nuestro punto de vista. Podría tambien decirse, a traves de nuestro prisma optico, que descompone lo que nos llega en distintas apreciaciones personales
ResponderEliminarMuchas gracias. Agradezco mucho un comentario externo al Instituto.
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