¿La vida es sueño?
“Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
Acto
II, escena 19. Monólogo de Segismundodestas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
Este soliloquio del Segismundo protagonista de la obra La vida es sueño de Calderón de la Barca
tiene un carácter filosófico, ya que trata el tema de la vida desde el punto de
vista de que todo puede ser un sueño y nada de lo que parece “la realidad” sea cierto.
En estos versos, Segismundo duda de la realidad como hizo Descartes en su época
con la Hipótesis del sueño; al darse cuenta de que cuando estamos dormidos, no
nos percatamos de nuestro estado, de manera que ahora mismo podríamos estar
dormidos sin darnos cuenta siendo nuestra existencia irreal. Este tema también
fue tratado por el filosofo chino Chuang Tse que vivió alrededor del siglo IV a. C.
En uno de sus libros escribió que tras despertarse de un sueño en el que era
una mariposa, se pregunto si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa o por
el contrario era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse. Estas ideas pueden
desencadenar en el solipsismo que es la creencia metafísica de que de lo único
que se puede estar seguro es de la propia existencia, ya que el resto de los
objetos y personas podrían no ser más que estados mentales. De esta manera solo
existiría una realidad, el yo.
Estas
creencias conllevan una serie de contradicciones, como por ejemplo el lenguaje;
si todo fuese producto de nuestra mente no necesitaríamos el lenguaje para
comunicarnos, y en el caso del dolor, sería absurdo que lo creásemos para nosotros mismos. Pero para este
problema Descartes busca la solución mediante una idea de nuestra mente, que
tenga relación con algo del exterior, justificando así la existencia de algo más
aparte de uno mismo, Dios, y a su vez utiliza a éste para justificar la
realidad del mundo que nos rodea (a lo que llama extensión) evitando de esta
manera caer en el solipsismo.
En
mi opinión, las diferencias entre la realidad y los sueños están claras y no
puede haber lugar para las equivocaciones, ya que en los sueños las necesidades
materiales desaparecen, también desaparecen el dolor (excluyendo el
psicológico) y las leyes físicas. Es un estado en el que las ideas de todo tipo
fluyen sin obstáculos, en el que puedes volar, o estar en una situación y al
momento cambiarla radicalmente; es decir, es una situación absurda, carente de
sentido en muchos casos y que sigue las directrices de la imaginación. Por el
contrario cuando estamos despiertos tenemos que atender a nuestro cuerpo y
tenemos unas limitaciones físicas que rigen un orden en la vida, por tanto,
desde mi punto de vista la diferencia entre estar despierto y la vigilia es
clara y no lleva al solipsismo.
Muy bien Carlos: atinadas las referencias y pertinentes tus consideraciones. Buena entrada.
ResponderEliminarSaludos