NO SÉ, LAS COSAS SIEMPRE HAN SIDO ASÍ…




                           
“Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella un montón de plátanos.
            Cuando un mono subía por la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono subía por la escalera los otros pegaban a éste.
            Pasado algún tiempo, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.
            Entonces los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por el resto, quienes le pegaron. Después de algunas palizas el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
             Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza del novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto, y finalmente el último de los veteranos fue sustituido.
            Los científicos quedaron entonces, con un grupo de cinco monos que, aunque cuando nunca habían recibido baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
            Si fuese posible preguntar a algunos de ellos porque le pegaban a quien intentase alcanzar los plátanos, con certeza la respuesta seria: no sé, las cosas siempre se han hecho así, aquí…”

       
    

            Los sesgos o falacias de razonamiento se refieren a tendencias sistemáticas en el proceso de razonamiento. Estos sesgos hacen que se cometan errores al considerar factores que son irrelevantes para alcanzar la conclusión. Son argumentaciones no validas, es decir, que por alguna razón pierden su validez. A simple vista parecen razones normales y corrientes, pero si nos detenemos a analizar la frase, nos damos cuenta que la conclusión es falsa. Las falacias abundan en ámbitos como la política y la publicidad, en los que la argumentación es una pieza clave, ya que en ambos campos la intención es convencer al receptor de algo. En la política se intenta convencer a los oyentes que su partido político es mejor que el resto, y en la publicidad te intentan relacionar la compra de un producto con una serie de efectos positivos que obtendrás si compras ese producto, aunque en ninguno de los dos casos sea completamente verdad.

            Considero que esta frase “no sé, los cosas siempre fueron así” podría considerarse  una falacia Argumentum ad antiquitatem” que consiste en declarar que algo es correcto o bueno simplemente porque es antiguo, o porque se considera correcto desde siempre y a pesar de que no se conoce el motivo de por qué se hace, o  perdura en las generaciones sucesivas a través de los tiempos. Este argumento es esgrimido constantemente en muchos ámbitos desde el laboral hasta el doméstico y creo que asumirlo ciegamente supone un freno a la innovación, a la creatividad y al progreso.
            Propongo como “vacuna” a las falacias, el pensamiento crítico. Podemos definirlo como un proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia para llegar de forma efectiva a la posición más razonable y justificada sobre un tema. La utilización de este método no significa llevar la contraria a todo el mundo por sistema, un pensador crítico ha de ser humilde, tenaz, crítico y exigente. Aprender a pensar críticamente mejora la capacidad para interpretar, evaluar y seleccionar información y con todo esto poder realizar elecciones justificadas. 
Robert Ennis es el teórico más influyente entre todos los que se han propuesto definir el pensamiento crítico y lo define como “un pensamiento reflexivo y razonable que se centra en que la persona pueda decidir qué creer o hacer.”
            También propone unas habilidades del pensamiento crítico que se pueden aplicar a la hora del razonamiento, serían las siguientes:
1-            Centrarse sobre el asunto.
2-           Analizar los argumentos.
3-           Formular y responder preguntas de esclarecimiento.
4-           Evaluar la credibilidad de la fuente.
5-           Observar y valorar los informes producto de observaciones.
6-           Deducir y evaluar las deducciones.
7-           Inducir y evaluar las inducciones.
8-           Realizar juicios de valor.
9-           Definir términos y evaluar las definiciones.
10-         Identificar los supuestos.
11-         Tomar decisiones sobre una acción.
12-         Interactuar con las demás personas.

        

Quizá pensar de esta manera nos pueda ayudar a identificar y evitar estas falacias




 

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